26 de Noviembre de 2024
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Alertan por megaterremoto  

*Sismo como el de 1985 podría volver a ocurrir, pero las sacudidas serían dos o tres veces más intensas

 

*"No podemos saber cuándo va ocurrir, pero sabemos que así será", sentencia especialista

 

Agencias

México, DF

 

Un terremoto como el de 1985 puede volver a ocurrir, y aunque no se sabe cuándo, las estimaciones de los especialistas indican que la sacudida que produciría en la Ciudad de México podría ser dos o tres veces más intensa, afirmó en una entrevista el experto Víctor Manuel Cruz Atienza.

"Si ocurriera otro sismo de magnitud 8.1 u 8.2, sus periodos de oscilación podrían ser de dos a tres veces más intensos que los que se vivieron hace 30 años", dijo Cruz, jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El especialista, doctor en sismología por la Universidad de Niza Sophia Antipolis (Francia), señaló que en México los terremotos "ocurren y seguirán ocurriendo y son de diferente naturaleza", pero los más comunes de intensos son los que ocurren bajo la costa del Pacífico, en lo que se conoce como una zona de subducción.

Allí, la placa oceánica de Cocos pasa por debajo de la placa continental de Norteamérica. Si un movimiento de la magnitud señalada ocurriera en la brecha sísmica de Guerrero, una franja de 175.5 kilómetros entre el Puerto de Acapulco y el municipio de Papanoa, se daría el fenómeno que teme Cruz, aunque es imposible vaticinar el momento en que puede suceder.

"No podemos saber cuándo va ocurrir, pero sabemos que así será", afirmó. Las características del suelo en que está asentada la Ciudad de México, un "depósito de sedimentos, de arcillas, en cuencas que hubo hace miles años, con alto contenido de agua", son las que producen una "amplificación muy grande" de las ondas sísmicas que provienen de la zona del epicentro del sismo.

"Sin importar dónde ocurrió la ruptura del terremoto, sea en la costa o en regiones más cercanas a la cuenca, cuando el campo de ondas entra al suelo de la ciudad se amplifica brutalmente" y puede llegar a ser "hasta 500 veces mayor", explicó.

Cuando las ondas inciden en la cuenca de México "viajan más lentamente, y por lo tanto la amplitud del movimiento se dispara. Debido a ese mecanismo en la capital mexicana sentimos tan fuerte los sismos", argumentó.

Hace 30 años se pensaba que los reglamentos de construcción que existían eran adecuados para la dimensión de la amenaza sísmica en la Ciudad de México, pero esa fatídica mañana del 19 de septiembre reveló todo lo contrario.

"Las normas de construcción vigentes no correspondían a la amenaza, al peligro y a la dimensión de las sacudidas que podía inducir un terremoto. No había registros, no conocíamos lo que podía pasar, no había instrumentos y no se habían dado, en la era moderna del país, terremotos comparables", resaltó.

 

Aquel sismo, de magnitud 8.1 en la escala de Richter, se dio en las costas de Michoacán, a más de 400 kilómetros de la Ciudad de México, y sorprendió "porque a pesar de la distancia las sacudidas en la ciudad fueron muy grandes".