24 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Masacre en iglesia de EU  

*Joven armado mata a nueve afroamericanos, entre ellos el pastor y senador Clementa Pinckney

 

*Los hechos, en Carolina del Sur; autoridades califican el atentado como un crimen de odio

 

Agencias

Washington, EU

 

Nueve personas murieron la noche del miércoles, después de que un hombre blanco abriera fuego durante la ceremonia de lectura de textos sagrados en una histórica iglesia de la comunidad afroamericana en el centro de Charleston, Carolina del Sur, en un ataque que las autoridades calificaron como un crimen de odio.

El autor del crimen fue identificado como Dylann Roof, de 21 años de edad, quien se dio a la fuga luego de cometer la atrocidad y no fue detenido sino hasta la mañana de ayer jueves en la localidad de Shelby, en el estado vecino de Carolina del Norte.

Roof fue arrestado en un retén de tránsito e iba armado, informó el alcalde de  Charleston, Joseph Riley, en rueda de prensa.

"Esa persona horrible, ese terrible ser humano que fue a un lugar de culto donde gente rezaba y los mató, se encuentra ahora bajo custodia" policial, añadió.

Entre las víctimas mortales se cuentan seis mujeres y tres hombres, uno de ellos es el senador demócrata y pastor del templo, Clementa Pinckney. Al menos tres personas sobrevivieron al ataque, que se produjo sobre las 21:00 horas en la Iglesia Africana Metodista Episcopal (AME) Emanuel.

Sylvia Johnson, prima del pastor fallecido, contó a la televisión estadounidense que pudo hablar con uno de los supervivientes: "Tengo que hacerlo (...) Han violado a nuestras mujeres y están tomando nuestro país", dijo Dylann Roof a las víctimas antes de comenzar a disparar, de acuerdo con el relato del superviviente narrado por Johnson.

El ataque se produjo dos meses después de la muerte de un hombre negro desarmado, Walter Scott, abatido a tiros por un policía blanco en la vecina Charleston del Norte. El crimen desató grandes protestas y dejó en evidencia las tensiones raciales en la zona.

Según medios locales, Roof había sido detenido al menos dos veces este año por las autoridades estatales, una de ellas en marzo en el condado de Lexington por posesión de drogas.

La masacre ha desatado la condena internacional hacia los crímenes de odio y racismo, sobre todo tras el controversial discurso de Donald Trump, aspirante a la Presidencia estadounidense, sobre la migración mexicana; además, reaviva el debate sobre la ley de portación de armas en el país.

En este sentido, el presidente Barack Obama destacó que el crimen ha puesto de relieve, una vez más, la necesidad de abordar y confrontar el tema de la violencia armada ante la frecuencia de ésta en Estados Unidos.

"Ahora es la hora de duelo, de sanar; pero lo que es claro es que en algún momento nosotros como país tendremos que reconocer el hecho de que este tipo de violencia masiva no sucede en otros países avanzados", señaló.

En la sala de prensa de la Casa Blanca, Obama manifestó que aún no se conocían todos los detalles de la tragedia, "lo que sabemos es que una vez más gente inocente fue asesinada porque alguien que quería infligir daño no tuvo problema para poner sus manos sobre un arma".

Con el rostro serio, acompañado por el vicepresidente Joe Biden, Obama externó su frustración por este tipo de hechos, cuya frecuencia –reiteró– no sucede en otros lugares "y está en nuestro poder hacer algo al respecto".

Por último, Obama indicó que "cualquier muerte de este tipo es una tragedia, cualquier tiroteo donde haya múltiples víctimas es una tragedia; pero hay algo particularmente desgarrador sobre muertes en un lugar donde se busca consuelo, paz, un lugar de oración".

Por su parte, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, condenó el tiroteo y extendió sus condolencias a los familiares de las víctimas, así como su solidaridad a los sobrevivientes de lo que consideró un crimen racial.

 

El dato

 

La masacre ha desatado la condena internacional hacia los crímenes de odio y racismo, sobre todo tras el controversial discurso de Donald Trump, aspirante a la Presidencia estadounidense, sobre la migración mexicana; además, reaviva el debate sobre la ley de portación de armas en el país.