MÉXICO, D.F., mayo 11 (EL UNIVERSAL)
Los conductores de los trenes que chocaron el pasado lunes 4 de mayo en la estación Oceanía, de la Línea 5 del Metro, narraron que ese día se enfrentaron a problemas como la lluvia y falta de comunicación con el Centro de Control; además, a una de las unidades no le servían los limpiaparabrisas.
En entrevista radiofónica con Ciro Gómez Leyva, Rodrigo Pascual Martín, operador del tren que fue impactado, señaló que detuvo la marcha de la unidad cuando salía de la estación Oceanía debido a que observó una especie de lámina que cayó en medio de la vía debido al aire, por lo cual aplicó el frenado para evitar dañar el tren.
"Luego informé al Puesto Central de Control para solicitar el corte de corriente, pero no recibí información porque la comunicación estaba anunciada como mala a partir del 3 de mayo".
Al respecto, detalló que en la terminal Pantitlán, para los conductores, se les anuncia por escrito en un pizarrón la falla que presente la línea, "en este caso era la comunicación con PCC (Puesto Central de Control), estaba la falla escrita ahí, por eso es que creo que no me contestó el regulador al solicitar el corte de corriente, y acto seguido percibí ese impacto como una explosión".
Agregó que perdió el equilibrio y luego caminó a la estación; de ahí los trasladaron a la terminal de Pantitlán y luego les practicaron el alcoholímetro.
Por su parte, Fernando Rosales, operador del tren que impactó a la otra unidad, señaló que tampoco tenía comunicación con el centro de control desde que salió de la terminal Pantitlán solicitando las condiciones de línea, pero no se le dieron; por lo cual salió, como se marca, en pilotaje automático, al no haber otra indicación.
Agregó que también salió de la estación Terminal Aérea en pilotaje automático debido a que no tenía otra indicación fuera de lo normal, y al salir del túnel se percató de la fuerte lluvia y del granizo.
Manifestó que no servían los limpiaparabrisas y que estaba rota una techumbre, por lo cual caía como "una cascada"; y que prácticamente iba conduciendo a ciegas. Trató de pasar el modo de conducción de automático a manual, para tener el control del tren, pero éste se comenzó a deslizar.
Al seguir la marcha, dijo que encontró la señalización como permisiva porque su compañero ya había avanzado.
Pero cuando iba a entrar a la estación vio la señal de entrada en rojo, por lo que pidió el primer corte de corriente, aunque el tren ya iba deslizándose completamente, y luego notó que el otro tren no había abandonado la estación por completo.
Entonces solicitó el corte de corriente otras cuatro veces.
"No logro frenar el tren por completo, por nada, tomo mi llave conmutador C y lo muevo, para tratar de frenar el tren", pero el tren ya iba patinándose por el agua, que, dijo, "al tren le sirve como mantequilla para que se deslice".
Aseveró que intentó fretar el tren por los medios más posibles, pero no pudo, por lo cual al estar a aproximadamente 5 metros de la otra unidad, decidió aventarse dentro de la estación para salvaguardar su vida.
Tras el hecho, los conductores pidieron que se ponga más atención a todo el sistema del Metro, la comunicación, el mantenimiento de trenes, para evitar otros posibles accidentes.
