*Acusan ante CIDH familiares de víctimas de desaparición; Gobierno matiza el problema
WASHINGTON, EU., marzo 20 (EL UNIVERSAL).-
Representantes del Estado mexicano y familiares de víctimas de violencia chocaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a la hora de presentar a México como "un cementerio enorme" de desapariciones forzadas, o como una nación aquejada en ciertas partes de su territorio por instituciones débiles, fosas comunes y más de 26 mil desapariciones.
"México se ha convertido en un enorme cementerio de norte a sur y de este a oeste", denunció Gabino Gómez, del Centro de Derechos Humanos del Estado de Chihuahua.
"Este tipo de generalizaciones no ayudan a la precisión e identificación del problema. El problema de la desaparición forzada no es un problema en todo el país. Sí es un problema agudo que el Gobierno mexicano está tratando de resolver con medidas sin precedentes", respondió a su vez el embajador de México ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Emilio Rabasa.
Jalonados por la presencia de poco más de dos docenas de personas que protestaron a las puertas de la CIDH en esta ciudad, para exigir la presentación con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, la 154 sesión de audiencias de esta organización permitió a los familiares de las víctimas ventilar su frustración ante unas autoridades mexicanas que se defendieron asegurando que el Gobierno de México ha dado muestras de su voluntad política para esclarecer la desaparición, no sólo de los estudiantes normalistas sino de miles de personas en distintos puntos del país.
"El caso de Ayotzinapa se ha convertido en el proceso de investigación más amplio y sin precedentes que acomete el Estado mexicano", aseguraron los representantes gubernamentales, al insistir en que las pesquisas en torno al caso se mantendrán hasta agotar todas las vías de investigación para conocer el paradero de los 43 estudiantes.