En la conferencia de prensa en la que la Procuradora Federal del Consumidor, Lorena Martínez Rodríguez, detalló los resultados del Programa de Registro Público y de Verificación y Vigilancia de Casas de Empeño, Eduardo Sánchez Hernández, Vocero del Gobierno de la República, resaltó que la Profeco “es responsable de vigilar que los usuarios de las casas de empeño reciban un trato comercial justo y que sus derechos como consumidores sean debidamente respetados”.
Señaló que hay más de ocho mil 500 casas de empeño en el país y muchas de ellas operan sin contratos y sin el registro ante la Profeco. Por ello, la importancia del incremento de las acciones de verificación que realiza esta Procuraduría.
Eduardo Sánchez indicó que en los últimos seis meses se han verificado más de cuatro mil casas de empeño, lo que representa el 50 por ciento del universo total. Dijo que en el 40 por ciento de las verificaciones se detectaron incumplimientos que derivaron en infracciones e incluso en la suspensión de las actividades.
“Con la imposición de sanciones, la Profeco obliga a que las deficiencias se corrijan, y todavía más importante, cumple con su misión de garantizar una relación justa entre el usuario y el establecimiento”.
Explicó que la Profeco también verifica que las casas de empeño cumplan con su obligación de colaborar en acciones contra el crimen, ya que pueden ser un auxiliar efectivo para el combate al robo en casa-habitación o en la vía pública, al reportar operaciones sospechosas a las procuradurías estatales de justicia.
En resumen, “se encarga de defender los derechos del consumidor y vigilar que la justicia cotidiana esté del lado de los ciudadanos”, destacó.
El Vocero del Gobierno de la República enfatizó que para muchos mexicanos las casas de empeño son una solución, porque les permite contar con dinero inmediato para resolver necesidades básicas y aunque brindan un servicio necesario, muchas veces esta relación resulta inequitativa: “no todas pagan lo justo por las prendas empeñadas, algunas sacan provecho de la falta de conocimiento de la gente y muchas toman ventaja de su urgencia por obtener dinero”.
Los usuarios de estos establecimientos, continuó, por lo regular no tienen acceso a servicios bancarios; la necesidad y la falta de información los hace vulnerables y, en no pocos casos, víctimas de abusos y malas prácticas por parte de algunos establecimientos. “En cualquier operación comercial el consumidor debe ser tratado con equidad”, aseveró.