Denuncian mujeres de La Perla
Sólo unos pocos han recibido algún apoyo, pero insuficiente para salir de la pobreza
Verónica Carbajal García
La Perla
Mujeres de las comunidades en donde se anunció con bombo y platillo la llegada de la Cruzada Nacional contra el Hambre aseguraron que a un año de implementada no hay resultados positivos, porque sólo unos cuantos han recibido algún apoyo, insuficiente para salir de la pobreza. Además que la tienda y cocina, que se abrieron entonces, ahora están cerradas.
Un grupo de estas mujeres estuvo en Orizaba, donde protestó junto con otros grupos inconformes de la región. Todos explicaron que en su caso los motiva la pobreza extrema y marginación en que viven junto con sus familias.
“Te dan seis hojitas de lámina, y no a todos, no a toda la comunidad, sino que anduvieron señalándolos. Y no dan lo que nos prometieron, porque ellos prometieron techos enteros, viviendas, y otros apoyos más, y nunca han llegado, por eso nos atrevemos a venir hasta acá”, dijo una de las inconformes.
Recordó que en las comunidades de La Perla la mayor parte de la población se dedica al campo: “Somos amas de casa y esperamos que el esposo traiga de comer, pero ahora ya cada día les pagan menos, 80 pesos por día, y no todos los días tienen jornal, a veces no les pagan”.
Además indicó que si bien han llegado personas que se dicen de la Cruzada, de nada sirve si no les cumplen. “Son muy poquitas las casas que han ido a ver, pero no les dan nada completo, porque sólo les dan dos paredes, sus hojitas de lámina, y un poco para el piso, y eso no alcanza”.
Además, la cocina comunitaria que se abrió el año pasado, cuando llegaron funcionarios a anunciar el programa, y la tienda Diconsa están cerradas; solo funcionaron poco tiempo y luego cerraron.
“No sé por qué, pero ya no funcionó, cerraron y no hemos vuelto a saber de eso, por eso digo que con la pobreza que sigue, fue un fracaso lo del Sin Hambre”, apuntó la entrevistada.
Finalmente dijo que ellas continuarán tratando de apoyar a su familia con la venta de follaje y yerbas, que plantan en sus terrenos, como una forma de ayudarse económicamente, aunque muchas veces sufren pérdidas por las inclemencias del clima.