Agencias. Ciudad de México. Desde temprana edad, la artista Betsy Pecanins, quien falleció este martes, puso en práctica aquel dicho que reza: “Si la vida te da limones, pues has limonada”.
Nació en Yuma, Arizona, hija de padre norteamericano y madre catalana. Betsy decidió desde joven que México sería su segundo hogar, adonde llegó en 1977 para no dejarlo nunca, no obstante que iba y venía por todo el mundo.
Creció en una familia muy musical, en el que los sonidos, la lírica y el arte fue parte de su niñez y adolescencia. Al ser hija de madre española, la influencia latina estuvo siempre en sus venas.
No es de sorprender que desde joven tuviera una fascinación por la música ranchera. Sin embargo su peculiar tono de voz hizo que poco a poco se inclinara por la fusión con el jazz y el blues, siendo considerada una de las mejores intérpretes de este género en Latinoamérica.
A lo largo de su carrera Pecanins destacó como cantante y compositora, que aunados a su fuerza y calidad interpretativa, le permitió recorrer el mundo entero con su propuesta.
Destacan sus participaciones con la Orquesta de Baja California; con la Filarmónica de la Ciudad de México, dirigidas por Eduardo García Barrios, Eduardo Diazmuñoz, Benjamín Juárez y Luis Herrera de la Fuente.
Cantó a dúo con Tania Libertad, Margie Bermejo, Cecilia Toussaint, Eugenia León, Amparo Ochoa, Guillermo Briseño y con el blusista Papa John Creach entre otros.
En algún momento Betsy aseguró que sentía una fascinación por la música vernácula, pues aseguraba que este género era como el blues de México, ya que “es un género que duele, es desgarrador, lleno de sensualidad, porque uno se ríe de sí mismo, los dos duelen (el blues y la ranchera) y tienen ese humor”.
En su discografía figuran más de 14 álbumes y alrededor de 11 colaboraciones con distintos músicos de México y el extranjero.
Su música lo mismo era interpretada por músicos rockeros, que por rancheros. El cine también la llamó y fue en la pantalla grande donde su voz tuvo un espacio. En la película “La reina de la noche” de Arturo Ripstein prestó su interpretación a Lucha Reyes.
Sus canciones también estuvieron presentes en filmes como “Hasta Morir”, “Dos Crímenes”, “Cilantro y Perejil” o “Asesino en Serio”.
Hace unos años Pecanins sufrió una disfonía espasmódica, razón por la que el médico le aseguró que poco a poco se quedaría sin voz. En ese momento supo que tenía que reinventarse.
“Fue algo terrible. No es una cuestión técnica ni obedece al desgaste por el canto. Es algo neurológico, donde el cerebro manda la señal para que las cuerdas hagan espasmos. Tardé años en descubrir qué era y para cuando dimos con la enfermedad ya no pudimos hacer nada. Además, en esa época perdí a personas muy cercanas… toqué fondo”, dijo hace unos años la cantante.
Tras su padecimiento, Betsy amplió su talento artístico e invirtió más tiempo en componer, producir y hasta pintar.
En sus últimas presentaciones, la intérprete llevaba un tratamiento, mediante el cual se inyectaba bótox en las cuerdas vocales para poder ofrecer sus recitales.
Fuente: El Universal