Hundimientos diferenciados en todo el predio que ocasionaron la torsión del edificio, muros con inclinaciones de hasta siete centímetros y otros que están a punto de reventar, así como centenas de grietas que cada día aumentan, han sido provocadas por la remoción de escombro y tierra, extracción de agua, vibraciones y sobrecarga de materiales que la obra de Corporativo Redondel S.A. de C.V. realiza en el número 20 de la Glorieta de Insurgentes (antes Jalapa 12 y avenida Chapultepec).
Apenas han bastado dos años para que una construcción de casi 100 años de antigüedad se vea amenazada. “Hace dos años que comenzó la obra el edificio estaba totalmente ocupado, tenía excelentes condiciones y era seguro, pero con la obra comenzaron a surgir algunos daños en el extremo norte, la gente de la constructora nos dijo que no eran ellos, sino que era producto de los temblores, en ese momento los daños no eran graves”, dicen los vecinos afectados.
Poco a poco las grietas e inclinaciones de los muros aumentaron. En julio de 2012 uno de los 12 despachos que integran el inmueble debió ser desocupado parcialmente y para abril del siguiente año quedó totalmente vacío. Las afectaciones siguieron avanzando desde la parte norte del predio (el punto más cercano a la construcción) y se han extendido hasta alcanzar los muros más cercanos a la calle de Puebla, afectando los diferentes despachos incluido el que alberga una escuela de idiomas a la que acuden niños de diferentes edades.
Ante la preocupación, los residentes afectados solicitaron la intervención del INBA, pero la dependencia federal fue ignorada por la autoridad local. Desde febrero de 2013, el organismo ha solicitado a la delegación Cuauhtémoc actuar de manera urgente en cuatro ocasiones. De acuerdo con el oficio 2012-C/0952 emitido el 24 de octubre de 2013, donde se da cuenta de las diferentes peticiones que se han hecho a la demarcación, para el INBA las obras que realiza Corporativo Redondel, “están ocasionando graves daños al inmueble colindante”.
En el mismo sentido, la Dirección de protección Civil de Cuauhtémoc, a cargo de Arlette Salyano, determinó en el oficio DPC/PR/1152/13, emitido el 17 de septiembre de 2013, que el edificio de Puebla 151 “presenta daños severos, se sigue considerando de MEDIANO RIESGO, mismo que podría aumentar el riesgo, conforme avance la obra y no se realicen las medidas pertinentes para la reparación de los daños”.
Estos argumentos y la propia condición del inmueble no han valido. Por parte de Corporativo Redondel, el arquitecto Sholem Cimet Ralsky atribuyó en una carta enviada a los afectados el 19 de marzo del año pasado, que los daños son producto de los temblores de 1985 y aseguró que la obra que lleva a cabo cuenta con las autorizaciones de INBA e INAH y que el Instituto de Verificación Administrativa del DF (INVEA) –a cargo de Meyer Klip– no observó daño a inmuebles colindantes tras realizar una verificación.
“En abril vinieron unos abogados del INVEA y pensamos que las cosas iban a cambiar pero nunca hubo una consecuencia de esa verificación, no hubo respuesta y la situación se ha recrudecido de un par de meses para acá, seguimos esperando que se detenga el daño y estamos solicitando que respondan por las rentas que se ha dejado de devengar, los gastos que se han hecho en peritos, abogados, notarios y todo que esto está implicando”, dicen los afectados que ya han presentado una denuncia o interdicto de obra nueva u obra peligrosa.
Para los vecinos, la situación parece clara: “aparentemente quien tiene la función de hacer la suspensión es el INVEA, ellos están en posibilidad de tomar la decisión, pero también nos queda claro que la Delegación tiene un área de verificación y reglamentos, ellos también tienen injerencia en el asunto”, agregan.