Ciudad de México.
Los murales del Museo del Palacio de Bellas Artes requieren de una intervención profunda, luego de que en por lo menos dos décadas no se han realizado trabajos de restauración en el recinto. Por lo que después del mantenimiento del piso de duela, que concluyó la semana pasada, el pendiente principal es un proceso de limpieza en los frescos.
“Estos trabajos de limpieza y consolidación son importantes, a simple vista no se ven y tienen que venir los especialistas y determinar en un análisis lo necesario. Hasta el momento no presentan problema mayor, es sólo el polvo acumulado que se tiene por el uso, pues es un edificio público”, señaló Gustavo García, jefe de museografía del recinto.
Sin detallar la inversión económica, García dijo que está en gestión la solicitud del presupuesto para la restauración de los murales, además de la planeación en tiempos para intervenir las obras sin alterar las actividades cotidianas del Palacio.
“A nosotros nos gustaría que se iniciaran la próxima semana, que se hicieran lo más pronto posible, pero se requiere de una logística, de preparar los análisis, y los procesos. Espero que sea este año”, añadió en entrevista, quien recordó que el año pasado sólo se restauró Khatarsis, de José Clemente Orozco.
El área de murales comprende además las obras El hombre en el cruce de caminos, Revolución rusa y Carnaval de la vida mexicana, de Diego Rivera; Nueva democracia y Tormento de Cuauhtémoc y Apoteosis de Cuauhtémoc, de David Alfaro Siqueiros.
Liberación o La humanidad se libera de la miseria, de Jorge González Camarena; Nacimiento de nuestra nacionalidad y México de hoy, de Rufino Tamayo; La piedad en el desierto de Manuel Rodríguez Lozano, y Alegoría del viento, de Roberto Montenegro.
Si bien no se presentan desprendimientos de obra, el tránsito de diez mil visitantes, sólo los fines de semana, genera un alto nivel de contaminación ambiental que ensucia los frescos, y aunque es evidente, no se ha conseguido aterrizar un proyecto de limpieza, reconoció.
“El año pasado se restauró el de Orozco, y claro que está en programación el presupuesto para la restauración de los otros murales; el mismo edificio como todos los edificios públicos requieren que se les dé un mantenimiento y cuestiones de conservación preventiva, pero es un proceso largo”, insistió.
A ello respondió la sustitución de todo el piso de duela del museo, en el área de murales, que se hizo entre octubre de 2013 y febrero de este año, luego de más de diez años sin darse mantenimiento. García detalló que la madera ya tenía fracturas, y en ocasiones fue necesario cambiar fragmentos del suelo.