CIUDAD DE MÉXICO, 6 de noviembre.- “Como dice el dicho: a falta de pan, tortillas”, señala el crítico musical Manuel Yrízar sobre el programa que el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) estrenó en días pasados de manera “desastrosa” con la proyección de la ópera Tosca -transmitida desde la Ópera de París- en pantallas gigantes colocadas en plazas públicas.
El melómano afirma que el programa en el que se han invertido más de tres millones de pesos, sólo por la adquisición de los derechos de 15 filmaciones diferentes en Blu-rays, es una salida para difundir la ópera ante el “estancamiento” en el que la tiene el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); aunque advierte que el esfuerzo debe ser mayor y que “lo que más importaría en México es hacer óperas, producciones de ópera”.
Con él coinciden el director de orquesta Enrique Patrón de Rueda –quien está cumpliendo 35 años de trayectoria- y el también crítico Luis Gutiérrez Ruvalcaba. “Se requiere de muy buen equipo, de muy buena pantalla, buenas bocinas y buena coordinación, sin eso es un fracaso. Bellas Artes tiene la capacidad de producir diez o 12 óperas al año sin hacer gastos inútiles, si lo hiciesen bien, con una buena programación, una buena mezcla de cantantes”, dice este último.
El 15 de octubre pasado, Mini Caire, titular del Programa Nacional de Animación Cultural del Conaculta, y Sergio Ramírez Cárdenas, subdirector del INBA, presentaron el programa bautizado como Desde los grandes teatros del mundo, con el que a través de proyecciones en pantallas gigantes planean recuperar plazas públicas para la gente y crear nuevos públicos para la ópera.