CIUDAD DE MÉXICO, 27 de octubre.- Entre la escultura Mercurio y Argos, de Felipe Sojo, y el arte objeto Patas de elefante, de Gabriel Orozco, la distancia temporal es de poco más de un siglo; sin embargo, coinciden en las referencias históricas y estéticas de la cultura grecorromana entendida ésta como la plataforma del arte mexicano, lo mismo moderno que contemporáneo.
Con esta premisa, una réplica de la obra de Sojo y una pieza de Orozco se confrontan en el Museo de Arte Carrillo Gil para evidenciar que la distancia conceptual es menor a la temporal. Las piezas abren el recorrido de la exposición Argos panoptes, una investigación y curaduría de Marco Arce (1968).
Son 192 piezas –pintura, escultura, fotografía, dibujo, bocetos– que señalan las correspondencias entre el arte moderno y contemporáneo mexicano a través de sus vínculos con la cultura griega, tomando como punto de partida la Academia de San Carlos, que fue el repositorio de las corrientes estéticas europeas, desde su fundación en 1781.
Arce explica que al ser la primera sede del arte en el continente americano, la Academia recibió lo mismo a creadores europeos con influencias griegas que envió a estudiantes jóvenes, y de ahí se traza una trayectoria de intercambios conceptuales que, en su opinión, dos siglos después siguen permeando en la creación pictórica y escultórica.
“No sólo vienen maestros, sino los alumnos van; los maestros tenían por encomienda traer copias de grabados, moldes de esculturas o hacer sus vaciados de yesos en esta escuela. Por ejemplo, se ve reflejado en los cuadros que hace Diego Rivera en esta Academia llenos de la enseñanza de la cultura clásica, y eso da pie a que vaya a Europa a estudiar, y uno cuando regresa trae las ideas del cubismo y modernidad”, detalla en entrevista.
La influencia de la cultura griega, que lo mismo se encuentra en la literatura que en el teatro, se mantiene en generaciones jóvenes, como las de Alan Villavicencio o Germán Venegas, quienes toman imágenes helenistas como base de sus obras. “La exposición va revelando estos intercambios y puede tener muchas lecturas o puntos de vista, lo interesante es ver cómo se mantiene”, agrega.
Con obras de inicios del siglo XVIII a este año, dialogan piezas de Francis Alÿs, Raúl Anguiano, Federico Cantú, Carlo Carlone, Enrico Castellani, Pietro Fontana, Manuel Mathar, Raffaello Morghen, José Clemente Orozco, Gabriel Orozco, Pablo Picasso, Diego Rivera, Auguste Rodin, Felipe Sojo, Juan Soriano, Germán Venegas y Ángel Zárraga, entre otros.
Además de usar la Academia como eje, las piezas se organizan a partir de los mitos o personajes griegos en que están inspiradas las pinturas o esculturas; así se refieren a Homero, Ifigenia cruel, Apolo, Afrodita, Artemisa o Narciso.
Para Arce, también pintor, Alfonso Reyes es de los personajes mexicanos que determinaron en gran medida a este intercambio artístico, no sólo con la cultura griega. Cuenta que Reyes fue quien consiguió la beca para que Rivera estudiara en España por primera vez, y así promovió la salida de creadores mexicanos hacia Europa.
“Al inicio, el proyecto estaba enfocado en Alfonso Reyes y alrededor del helenismo en México, pues es muy clara la relación de Reyes con Soriano o Zárraga y sus obras basadas en la cultura griega. Pero luego, con el archivo Anderson de fotografía, se amplió esta relación”, precisa sobre la muestra.
Arce señala que si bien parecen evidentes estas correspondencias, cuando las piezas de diferentes generaciones y técnicas se enfrentan es más claro el origen común de lo moderno y lo contemporáneo. “Aun en México, que hay una amalgama de culturas, está fuertemente arraigado desde el lenguaje la cultura occidental, y en tanto se absorba, todo arte tendrá referencias a estos mitos”.
¿Dónde y cuándo?
Argos panoptes se exhibe en el Museo de Arte Carrillo Gil hasta el 18 de enero de 2015. (Revolución 1608, San Ángel).