Visiblemente molesto, se manifestó en contra de las presiones que recibió durante los últimos meses. Señaló que Jaime Rodríguez Aguilar, director general de delegaciones, realizó una campaña de desprestigio en su contra para obtener beneficios personales dentro de la Delegación Veracruz.
Asimismo, dejó en claro que su renuncia fue presentada ante Alfredo Castillo Cervantes, procurador federal del Consumidor.
“En primer lugar quiero que sepa que heredé una situación caótica en el área administrativa que llevó a que nos congelaran los recursos propios hasta el mes de agosto, cubriendo con la mitad. Una vez liberados esos recursos los adeudos pendientes y para sorpresa nuestra, inmediatamente fueron tomados el 50 por ciento del área central”, indicaba parte del comunicado que Yáñez Vicencio hizo llegar a su homólogo a nivel nacional.
Recordó que tomó las riendas de la Delegación en febrero de 2013, por lo que no podrá concretar el periodo de 12 meses dentro del cargo, ya que su gestión culmina hoy.
“Era parte de un hostigamiento y una política de persecución, acorralamiento que tenía como propósito sitiarme para que voluntariamente renunciara y ellos poner un encargado y llevársela dos o tres años como lo han hecho en otras partes”, manifestó ante los medios de comunicación.
En todo momento señaló el actuar de Jaime Rodríguez Aguilar, un hombre de extracción panista y quien laboró dentro de la Procuraduría General de la República (PGR) antes de llegar a la Profeco, por haber emprendido una campaña de desprestigio en su contra.
El exdirigente de la Fundación Colosio resaltó que la Delegación a su cargo recibió siete auditorías en menos de 11 meses, algo que limitó sus labores, puesto que la mayor parte del tiempo se encargó de auditar documentos.
Con la voz entrecortada, aseguró que durante las últimas semanas recibió una serie de llamadas telefónicas en donde se le ofendió de manera verbal, al tiempo que se le presionó para que presentara su renuncia.
Asimismo, calificó a la Delegación de la Profeco en Veracruz como una “caricatura”, cuyo actuar va en sentido contrario al que debería, en donde el personal de verificación únicamente estuvo conformado por tres personas.
“Todos esos rezagos en multas, calibraciones, recursos, se maneja con actitudes de perdona vida de los amigos: como eres amigo no hay problema. Pero al que ellos no consideran amigo lo amenazan hasta ir en contra de su patrimonio, como a mí me amenazó Carlos Alberto Esparza, amenazarme de fincarme responsabilidad por rezagos”, detalló.
Finalmente, aseveró que agotará todas las instancias legales para demandar el acoso del cual fue objeto durante los últimos meses.