Ilse Huesca/Veracruz.- Existe una serie de familias que viven en algunos de los últimos vecindarios existentes en el centro histórico; los edificios son prácticamente reliquias que se caen a pedazos, levantados y resanados entre ellos con sus trabajos informales: albañiles, vendedores de aguas frescas, artesanos, ambulantes y globeros; hasta 4 generaciones de ocupación.
Muros que hacen tangibles sus recuerdos, su familia y su forma de vida actualmente amenazada por los planes de "remodelación" para el centro histórico que despertaron el interés de "propietarios legales" que simplemente ven dinero en donde otros ven patrimonio.
En la instalación y primer sesión ordinaria del comité técnico del fideicomiso para el centro histórico, el titular de Centro Histórico, Manolo Ruiz Falcón tocó ligeramente el tema de los patios y la Huaca, expresando que son parte importante del estado y como tal se les debe tratar y trabajar, sin embargo sigue quedando el tema a la deriva, a ciencia cierta no se sabe qué va a pasar con todas estas personas que viven ahí, si son parte del plan o no.
Para los habitantes de estos sitios es la senda final que enmarca el profundo arraigo profesado a su pasado, su única herencia; estos pedazos de historia que arriesgan sus vidas ante la posibilidad de derrumbarse, son a lo que llaman hogar.