“De cuánto dispones, te acompaño al cajero” ofrece el vendedor al que se encuentre indeciso, la negociación resulta tan cómoda y atractiva, que por algún momento se pierde de vista que se efectúa sobre una de las avenidas más transitadas del puerto.
La gente se amontonó para apreciar de cerca o manosear a los pequeños ejemplares que se encontraban amontonados en rejas de plástico, cual si fueran un montón de objetos listos para su venta.
¿Oiga y si quiero regresar al rato? “Híjole, no chava, lo que pasa es que ni somos de aquí, y pues tampoco nos dan mucho chance de estar vendiendo mucho tiempo aquí” comentó uno de los vendedores.
Con dos meses y medio de edad (según refirió el ofertante), los cachorros llamarón la atención de quienes transitaron por la avenida, y pese al barullo que se orquestó entre las señoras ansiosas y emocionadas, no hubo autoridad que detuviera la venta de estos perros.
Desde la administración pasada, fue aprobado un reglamento que prohíbe el maltrato animal, entre una de sus cláusulas; se determinó que la venta de animales en la vía pública, es meritoria a sanción.
Aunque la legislación municipal a favor de las especies animales, fue avalada por asociaciones protectoras de animales y pese al repudio de otras organizaciones animalistas, actualmente no se ha pronunciado si seguirá vigente o si habrá que someterlo nuevamente a revisión.
Este reglamento aprobado tras el hallazgo de varios cachorros muertos y otros deshidratados en la tienda de mascotas “Kuki Perroni”, por lo que también se sostuvo que habría una exhaustiva revisión de la operación de comercios dedicados al manejo de animales.