Con la emoción reflejada en el rostro, Don Primitivo; descubrió uno de los misterios, que a su edad; aún no le había sido develado.
“Me invitó mi familia, y me vine a Veracruz, que está muy bonito, las playas, el sol, el mar, es un gusto que me dan, porque siempre había tenido la ilusión de estar en la playa; ya viejo, pero nunca es tarde cuando la dicha es buena, como dice el refrán”, comentó Don Primitivo Serrano.
Atrás quedaron las labores del campo, que todavía hace el campesino, la producción del “Pulque”, es su especialidad, que hace, dice; desde que tenía 14 años de edad. Precisamente por eso, es por lo que se conserva en buenas condiciones físicas.
Y es que al “Curado del Maguey”, Don Primitivo le atribuye las propiedades que le han permitido, mantenerse en forma, después de ocho décadas de vida.
“Yo raspo los Magueyes, para el extracto del Pulque, antes también sembraba cebada, el maíz, pero ya no puedo sembrar en el campo, ya con la producción del pulque, por cierto de diferentes sabores, ahí me la llevo, y yo creo que tomar al menos un vasito de pulque diariamente es lo que me ha mantenido en forma”, refirió el campesino Tlaxcalteca.
Vistiendo su sombrero y sus huaraches, Don Primitivo disfrutó de la brisa del mar, y en esta ocasión, dejó de lado el vasito del “Curado de Maguey”, para disfrutar de un coco, y de un raspado, tradicionales en el puerto de Veracruz.
Antes de partir, “Papá Timo”, se despidió de su nuevo amigo ( el mar), con la promesa de que; volverían a encontrarse:
“Su quiero regresar, cómo de que no, si el mar es muy bonito; pero a mi edad, si Dios me lo permite, y solo si él lo quiere, por acá nos vamos a encontrar, para encontrármelo de nuevo”, comentó Primitivo Serrano Espinoza.