Rodrigo Barranco. Veracruz, Ver. Se realizó la Ceremonia de Entrega-Recepción de Mando de la Capitanía Regional del Puerto de Veracruz.
El Capitán de Altura, Delfino Cruz Santos, entregó el mando al Capitán de Marina, Arturo Martínez Ortiz, quien ostentaba la titularidad de la Capitanía Regional de Puerto Juárez, Quintana Roo.
En el acto protocolario atestiguaron, Miguel Ángel Vega, nuevo titular del centro SCT Veracruz y el director de la Administración Portuario Integral Juan Ignacio Fernández Carbajal.
En la ceremonia se le entregó un reconocimiento al Capitán Cruz Santos, quien pasa retiro, por 45 años de trabajo al servicio de la Marina Mercante Nacional y como Autoridad Marítima en puertos del Golfo y el Pacífico.
Durante 30 años navegó activamente a bordo de embarcaciones de Transportación Marítima Mexicana y en la flota de Pemex Refinación, ocupando el mando de diversos buques especializados tales como: buque-tanques, gaseros, petroquímicos, remolcadores portuarios y costa afuera, lo que le permitió surcar los mares de diversos continentes.
Posteriormente laboró durante 15 años en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) como Autoridad Marítima en puertos del Golfo y el Pacífico.
En entrevista, el Capitán de Altura, Delfino Cruz Santos, anunció su retiro y se dijo satisfecho de cerrar su ciclo profesional en Veracruz, uno de los puertos más importantes del país.
“Me voy satisfecho y orgulloso de haber entregado todo mi esfuerzo y profesionalismo, en aras de servir a la nación y a la Marina Mercante Nacional”.
Cruz Santos tuvo en su fructífera carrera varios reconocimientos por hechos trascendentes que mostraron su compromiso, valentía y arrojo.
En ese contexto, , tiene en su haber acciones heroicas, como la ocurrida el 15 de junio de 1985 en el Puerto de Coatzacoalcos, en donde tomó el mando del buque-tanque “Ahkatún”, cargado con 24 mil toneladas de gas butano y propano, envuelto en llamas, desatracándolo del muelle 2 de la Terminal Marítima de Pajaritos, sin la asistencia de remolcadores, pilotos de puerto, ni amarradores, conduciéndolo hasta el área de fondeadero, con sólo 13 tripulantes, de los 37 que conformaban la tripulación total; evitando así una catástrofe debido a la cercanía de los tanques de almacenamiento de hidrocarburos de la terminal.