“El Rey de los 90 aniversarios ¿Cómo debe de ser tratado? Muy bien, tú atiéndelo bien, tú atiende bien a una persona que te está animando a un millón o dos millones de personas, atiéndelo bien, para que se olvide de los malos momentos, que pasa en estos momentos” comentó en entrevista antes de partir a un recorrido de visita por casas de asistencia.
Defendió a capa y espada su llegada a la realeza carnestolenda, asegurando que no sólo es alegre, carismático, con gracia, buen animador, sino que además es querido por el pueblo.
Al respecto, Chico Samba añadió; “si yo no tuviera todo eso, no podría darle a la gente el espectáculo que merece con mi objetivo de ser el rey, no, no, no, yo respeto a todos y aunque nadie me tome en cuenta yo soy el rey”.
Eso sí, se dijo muy agradecido del calor y los aplausos de todos aquellos que han sido parte del carnaval de Veracruz, consideró que ha sido una gran fiesta.
“En esta ocasión se dio la oportunidad de que la gente tuviera un rey bailador que la gente realmente quisiera, esa es la gracia de ser un rey; esa gracia, ese don para hacer feliz al pueblo” expresó el Rey de la Alegría.
¡Además se chuta malos humores e impuntualidades!
El portador de la corona de las fiestas carnestolendas, esperaba a todos los integrantes de la corte real para su visita a casas de asistencia en el puerto, pero tras varios minutos de retraso, no llegaban, se fue a echar un refrigerio, regresó y apenas llegaba Alim, rey infantil, quien improvisadamente se cambiaba el atuendo en el asiento trasero del coche de su mamá, y haciendo tiempo, pero con bastante retraso, salió la reina Marisol I y todos se abalanzaron sobre ella.
Chico Samba, ya esperaba a que le cortaran a su compañera de reinado, a quien desde días atrás se le ha visto con muy mal ánimo, y el ceño mayormente fruncido.
El rey de la alegría hasta comenzaba a enojarse porque tendría que pagar muchísimo de estacionamiento, hasta que alguien le alertó sobre la anulación del pago de parquímetros durante el día de ayer, entonces fue a mover el automóvil real, para dejarlo en las calles del centro histórico.
Hasta más de media hora tuvo que esperar a que llegaran todos los integrantes de la actual corte real.