Norma Alicia Riego Azuara, integrante de la Red Unidos por los Derechos Humanos AC, consideró que la manifestación pretende mantener un control sobre la mujer e impedir el avance de derechos sexuales y reproductivos
Veracruz
(AVC/José Juan García) La integrante de la Red Unidos por los Derechos Humanos AC, Norma Alicia Riego Azuara, reprobó la marcha que organiza la Iglesia católica en esta ciudad, con el objetivo de supuestamente defender la vida.
La entrevistada consideró que la marcha pretende mantener un control sobre la mujer e impedir el avance de derechos sexuales y reproductivos.
La activista señaló que los integrantes del movimiento Di sí a la Vida se fijan en cuestiones como el aborto, pero indicó que existen otras situaciones sociales, donde también se deberían involucrar para ser congruentes con su lema.
- ¿Cuál es su postura ante la marcha a la que convoca la Iglesia católica?
- Es una marcha en la que a nosotros se nos hace que hay muchos intereses detrás de ella; ¿de dónde sale ese financiamiento, si la Iglesia no tiene con qué financiarlo?; ¿de dónde viene, a quién le interesa el control de la mujer?; se están bloqueando muchos de los programas que tienen que ver con los derechos sexuales y reproductivos, tratándolos de volver a antaño, al sometimiento de la mujer, al sometimiento a través de la familia.
- ¿Cuál es el exhorto a la Iglesia católica?
- A la Iglesia católica, si ellos se preservan dentro de ciertos tipos de condiciones para sus feligreses, que lo sigan haciendo, no está mal. El problema de ellos es querer imponer su ideología, su pensamiento, su actuación y moralizar al resto de la situación respecto de ellos mismos, eso no puede ni debe de ser.
- ¿Se reprueba la marcha?
- Claro que reprobamos la marcha como una condición de manifestación, como si ellos fueran los poseedores de la verdad absoluta, lo cual no es cierto; ninguna Iglesia es poseedora, ni la misma ciencia es poseedora de la verdad absoluta, por tanto ellos menos que nadie.
Riego Azuara dijo que la marcha a la cual convoca la Iglesia católica es resultado de la moralización hacia la mujer y de la propia sociedad.
Por último, la activista se dijo respetuosa de la institución religiosa, pero aseguró que la lucha por los derechos sexuales y reproductivos de la población ya no tiene marcha atrás en la entidad veracruzana.