Rodrigo Barranco Déctor
Veracruz
Luego de 25 años de espera, los Astilleros de Veracruz volvieron a construir una embarcación gracias a un contrato que obtuvieron por medio de la Marina-Armada de México.
Los ahora llamados Talleres Navales del Golfo (TNG) realizaron la ceremonia de flotación del remolcador de 50 toneladas de peso Azimutal 130, el primero de una serie de cuatro que construyen para Petróleos Mexicanos.
La botadura, o flotación, es la operación más trascedente en la construcción de una embarcación, ya que es la primera vez que toca el agua y además como es tradicional en estos casos, se rompe una botella de champán en el casco de la nave.
José Antonio Sardiña Aguirre, gerente general de TNG, informó que hace nueve meses iniciaron la reactivación de la construcción naval con la puesta de quilla del remolcador para romper una sequía de más de 20 años sin que se construyeran barcos en el astillero de Veracruz.
Sin embargo, ante la necesidad impostergable de renovar la flota menor de Pemex, con la botadura del Azimutal 130, inicia la reactivación de la industria naval mexicana con la consecuente generación de empleos en el sector.
El remolcador tiene 31.5 metros de largo, 12.2 metros de ancho y un calado de 4.2 metros; en su construcción Pemex invierte diez millones de dólares. Participaron en la ceremonia directivos de la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), Pemex y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).