VERACRUZ, Ver. 1 de diciembre.- Las competencias en el puerto de Veracruz terminaron con una gran fiesta de atletas y aficionados, que llenaron las tribunas del estadio Luis Pirata Fuente, que disfrutaron la clausura de los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe.
En medio de bailes, música, juegos pirotécnicos, cantos y un concierto del colombiano Juanes, los jarochos le dijeron adiós a la justa regional y a la flama, que fue el símbolo de la competencia regional de 31 naciones que inició el 14 de noviembre, ayer se extinguió, para volver a encenderse en 2018 cuando las justas sean organizadas en Barranquilla, Colombia.
La ceremonia arrancó con el desfile de los atletas que aún permanecen en Veracruz, y dio paso al discurso del presidente de la Organización Deportiva de Centroamérica y el Caribe (Odecabe), Héctor Cardona, quien dijo que “nos llevamos de Veracruz una de las mejores ediciones de la historia en los Juegos Centroamericanos, en la que los atletas participantes lograron 56 nuevas marcas del evento.
Nos llevamos la alegría de un pueblo que siempre nos atendió con una sonrisa, y nos vemos dentro de cuatro años en Barranquilla, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2018”, expresó Cardona, y representantes colombianos se presentaron con su música y sus bailes.
Le decimos adiós al fuego Centroamericano, que fue el espíritu de la competencia las últimas dos semanas, y le damos paso al fuego interno de los deportistas de la zona, que comenzarán a prepararse para la competencia que habrá de realizarse dentro de cuatro años”, se escuchó en el sonido local, mientras la flama del pebetero se apagó.
La canción más conocida a nivel mundial de Veracruz, La Bamba, puso a bailar a todos los asistentes, que agitaban vigorosamente los aplaudidores iluminados que se les regaló a la entrada del estadio, para crear un marco de una fiesta que parecía no acabar.
Y cuando los juegos pirotécnicos parecían ser el cerrojazo de la fiesta, salió Juanes al escenario, lo que provocó gritos, saltos y un coro a una sola voz para interpretar sus melodías.
El protocolo se rompió por los propios atletas, ya que varios de ellos subieron al escenario, unas deportistas para saludar de beso al cantautor colombiano, y otros para bailar al ritmo de su música.
La Camisa Negra, cantada y bailada por todo el estadio, puso el punto final a la fiesta, mientras el propio cantante sacó su celular y tomó un video de los deportistas que rodearon el escenario, y de las tribunas llenas de fiesta y luz del Pirata Fuente.
Veracruz dijo adiós, y saludó a Barranquilla, donde los países integrantes de la Odecabe se volverán a encontrar para disputar los tradiciones juegos regionales.