Provocó terror y “carne de gallina” entre los habitantes y comerciantes de la zona
Devoró algunas de las aves que venden comerciantes de las fondas
José Luis Rogel Montalvo
Veracruz
El chupacabras apareció la tarde de ayer viernes en la zona de mercados de la ciudad de Veracruz; la visión fantasmagórica provocó terror y “carne de gallina” entre los habitantes y comerciantes de la zona.
Algunos aseguran que se trató de una nueva versión, algo así como el “hijo del chupacabras”, o más bien “el nieto del Chupacabras”, la que se observó en este lugar.
La “visión infernal”, como la llamaron algunos, devoró algunas de las aves que venden comerciantes de las fondas de la calle de Úrsulo Galván. Posteriormente se dirigió volando a beber litros de agua y hasta de chelas en las cantinas de la calle de Carlos Cruz, entre Bravo y Guerrero.
Algunos comerciantes y vecinos del lugar lo enfrentaron e intentaron detenerlo, pero fue tal la fuerza de este fenómeno que acabó por derribar a más de uno de los que tuvieron la ocurrencia de “ponerse con el burro a las patadas”. O en este caso, con “el chupacabras a las patadas”.
“Su aspecto era terrible: sus ojos rojos parecían los de un dragón, prácticamente echaba lumbre con la mirada, y su aliento era pavoroso, propiamente el olor fétido de una tumba”, dijo uno los comerciantes que resultó lesionado al intentar detener a la horrible criatura.
“Devoró las aves con tal velocidad que me quedé asombrado, por lo menos dos pollos enteros; algunas hierbas que había cerca, hasta tortillas, un manojo de rábanos. Acabó prácticamente con todo, no dejó nada. Cuando se iba lo enfrenté, pero me dio un empujón y salí disparado por los aires. Nada ni nadie lo podía detener”, refirió el comerciante que sufrió la pérdida de sus aves.
Luego de caminar varias cuadras, y tal vez por los efectos del agua, pero sobre todo de las chelas que ingirió, un grupo de comerciantes y vecinos de la zona del mercado detuvo a Indalesio Pérez Pérez, alias el chupacabras, un indigente de la zona de los mercados de la ciudad de Veracruz.
Por cierto, en más de una ocasión, ha tenido la ocurrencia de hurtar la comida y las bebidas de los negocios establecidos.
El chupacabras despertó la furia de los comerciantes de las fondas del mercado Hidalgo del Puerto cuando devoró dos pollos, uno en mole y otro a la mexicana, que no pagó, además de que se tomó un litro de tepache de cáscaras de piña en otra de las fondas del lugar y tampoco pagó.
El chupacabras escapó sin liquidar la cuenta de las fondas y se metió a una de las cantinas, ubicada en la calle de Carlos Cruz, donde ingirió dos litros de chela oscura que tampoco liquidó.
Los comerciantes indignados corrieron detrás del sujeto que derribó a golpes a varios de los que intentaron detenerlo, pero finalmente el monstruo, con los ojos rojos como los de un dragón (por los dos litros de cerveza) y el aliento fétido como el de una tumba (por el condimento del mole y la salsa a la mexicana), se detuvo porque le agarró “el corre corre”, provocado por el tepache de cáscaras de piña que se había bebido.
Finalmente, los vecinos lo esperaron pacientemente a que saliera del baño y entre todos lo reconvinieron de palabra para que el indigente, alias el chupacabras, no vuelva a sorprenderlos y menos a escapar sin pagar las cuentas. En fin.
“Inocente palomita que te has dejado engañar, pues hoy es día de los Santos Inocentes y en nadie puedes confiar”.