22 de Noviembre de 2024
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Mtz. de la Torre.- Hubiese sido más fácil ser obediente (Reportaje)

* No hay que generalizar los grupos de AA

Rocío Ramírez

Martínez de la Torre, Ver.- Actualmente la mayor parte de las personas que se anexan a la agrupación de Alcohólicos Anónimos (AA), son jóvenes de entre 19 y 22 años, informó Celestino Castelán Miranda, primer responsable externo de la agrupación de Alcohólicos Anónimos “Tercera tradición, tres legados” de Villa Independencia.

                Expresó que él fue alcohólico y estuvo en una agrupación AA, que es lo que lo impulsó a apoyar a más enfermos, por lo que se fundó el anexo del cual está encargado, el 1 de junio de 2010.

El programa que brinda este anexo, es para el que quiere salir adelante y recuperarse, ya que hay personas que salen resentidas y vociferan cosas que no son y mal informan.

Mucho se ha dicho de este tipo de agrupaciones, que son cárceles, que se tiene a personas en contra de su voluntad y en pésimas condiciones.

Ante este tipo de opiniones, el psicólogo Gerardo Gutiérrez Tolentino, quien voluntariamente se encuentra apoyando al anexo, expresó que no se debe generalizar, ya que no todos los anexos o agrupaciones AA han incumplido sus objetivos.

“Hay gente que llega muy renuente, que se siente privada de su libertad que amenaza con demandar y lo que le digo es que está enfermo y no decidió lo que estaba bien o mal para cuidar su salud, sino que alguien de su familia tuvo que hacerlo”, expresó el psicólogo.

Una de las razones por las que los enfermos deciden salirse y no terminar el tratamiento, es porque no están acostumbrados a seguir reglas, acatar órdenes y mucho menos cumplir horarios.

“Esto empieza desde el hogar, muchos no respetan ni a su familia, cuando llegan aquí, más que el encierro lo que les molesta es seguir las reglas, es por eso que al ser ingresados, se les marcan los límites y reglas al igual que a sus familias”, explicó.

Es muy distinta la idea que muchos tienen acerca de estos  lugares, ya que la disciplina se da por medio de reglas y aceptando que cada quien tiene responsabilidades, por medio de terapias y pláticas.

“Es falso que se maltrate a los enfermos, si hubiese algo de eso aquí, yo no estaría apoyando, porque estaría poniendo en juego mi ética y mi profesión, la familia de ellos se da cuenta del trato que se les da”, informó Gutiérrez Tolentino.

 

Difíciles condiciones de trabajo

Una de las cosas que son muy notorias, al menos en este anexo, es la falta de apoyos y la falta de recursos, que aunque esta agrupación solicita una cuota a la familia del anexado, no es suficiente, porque no todos la cubren.

“Los anexados pagan dos mil 600 pesos que se le pide para la estancia de tres meses, la pueden pagar a como ellos se acoplen, pero hay casos en que finalizan los tres meses y la familia no da ni un peso, es cuando empiezan a decir que se les cobra mucho, pero pues en ningún momento aportaron algo, a pesar de eso, nosotros no le negamos la ayuda a ningún enfermo”, expresó.

Por otra parte los miembros del anexo se dan cuenta de que algunas personas no cuentan con el recurso y de igual forma se les apoya, también hay quienes llegan solos, por su propia voluntad a anexarse y no se les puede pedir algún cobro, porque se entiende su situación.

Son muchos los casos que se pueden presentar, personas que llegan voluntariamente, otras que su familia las ingresa, pero también se ha apoyado a indigentes que no cuentan con un techo y ahí se les brinda un hogar.

Es por eso que este tipo de agrupaciones solicita el apoyo de la ciudadanía, Salvador Erick Gutiérrez Tolentino, primer responsable interno, expresó que se le da la atención a los enfermos alcohólicos y drogadictos que lo requieren, aunque hay quienes los apoyan, siempre es necesario un poco más.

“Son 70 los anexados y de ellos a veces solo se llegan a juntar cuatro o cinco despensas que sus familias traen, pero hay muchos que ya no los visitan”, indicó.

 

La parte más complicada, la familia

Entre las labores del encargado interno es estar en la oficina, recibir a los familiares cuando traen a los enfermos a internar, pasarlos al cuarto de enfermería, ver en qué estado vienen y posteriormente dar la responsiva al familiar para que firme la estancia de recuperación por tres meses.

Explicó que existen tres tipos de bebedores, el social, el problemático y el crónico, que van incrementando su nivel de gravedad en ese orden.

La mayor parte de los anexados logran su recuperación al estar dispuestos a lograrlo, a seguir las normas y apegarse a la biblia, ya que este anexo se basa en la palabra de Dios y tener fe en él.

“Lo que se necesita es creer en Dios, tener fe y al salir ser constante a las juntas, hay un dicho que tenemos muy presente, -si faltas a tus juntas, no preguntes por qué recaes- es necesario asistir aunque sea a los grupos de hora y media”, citó.

La misma familia es la que llega a cerrarle las puertas a la persona enferma ya sea alcohólica o drogadicta, lo cual los hace recaer aún más, lo que los va aislando hasta llegar a un punto de perderse.

                Federico Martínez, es una persona quien se rehabilitó y ahora apoya en esta agrupación, él decidió compartir su experiencia.

“Yo hice mucho daño a mi familia, llegué a tener delirios auditivos, visuales y pesadillas, lo que me hacía recaer en el alcohol, pero gracias a Dios me voy ganando la confianza de ellos por medio de hechos y ya no de palabras, mi mamá está contenta ya es una persona mayor, aún tiene desconfianza en que pueda recaer, pero poco a poco voy saliendo adelante, Alcohólicos Anónimos si funciona y yo me he inspirado en compañeros que se han recuperado; tengan confianza en los anexos, tengan fe en uno mismo y en Dios, me da orgullo decir que ya cambié, gracias al anexo y a mis compañeros”, compartió el colaborador.

                A pesar de las dificultades y los miedos que se pueden presentar para ingresar a los centros de recapacitación, como lo indican algunos ingresados a esa agrupación, es satisfactorio el resultado con el paso del tiempo.

Miguel Ángel G., es un alcohólico-drogadicto en recuperación, “mis actividades empiezan a las 6 de la mañana, hago un servicio en cocina, les hago desayuno, comida y cena a mis compañeros”, expresó.

Así como es el caso de muchos jóvenes, adultos y señores que tienen alguna adicción, expresó que desde muy joven inició con los excesos, al contar con una familia disfuncional, que por dejarse llevar fue presa fácil para verse inmiscuido en estos vicios.

“Yo empecé desde joven, tuve una familia, una pareja por 26 años, cuatro hijos, pero por mi adicción ella me dejó y mis hijos también tomaron otros caminos, uno se casó, dos trabajan y uno estudia y vive con mi hermano, ahora gracias a Dios le estoy echando ganas a mi recuperación, decidí venir porque ahora me doy cuenta que les hago falta a mis hijos y a mi mamá. Después de vivir en alcohol y drogas estoy empezando un nuevo camino, no es fácil pero poniéndose en manos de un Dios amoroso si se logra,  con la ayuda del anexo y mis compañeros sé que lo seguiré logrando”, expresó.

Miguel Ángel en su papel de anexado en recuperación invitó a las personas que se encuentren en esta situación a que busquen la ayuda en algún anexo o en grupos de AA y a las familias a que apoyen al enfermo, confiando en los anexos, ya que no es una cárcel, sino un apoyo.

“Ahora cuando me toca compartir mi experiencia con mis compañeros, les digo -Hubiera sido más fácil ser obediente-, no que tuve que vivir muchas cosas feas para poder valorar las cosas a mis 50 años”.

La familia de estas personas coinciden en que apoyar a sus hijos, esposos, hermanos, sobrinos, tíos o quien tenga este problema de adicción, es mejor buscando apoyo en estos centros, ya que les puede cambiar y mejorar la vida.

María Luisa Guzmán, mamá de un anexado, expresó: “Estoy muy contenta porque a como yo traje a mi hijo, ya está rehabilitado, antes tenía que andarlo buscando en la madrugada, preocupada de pensar que le hubiese pasado algo,  estuve tocando puertas, buscando un lugar hasta que me recibieron aquí, él está anexado y gracias a Dios le han dado un buen trato, les invito a que traigan a su familiar que lo necesite”, citó.

Sin este tipo de ayuda, aseguró no hubiese salido adelante su hijo, ya que es una enfermedad con la que está luchando.

“El trato es bueno y si le llaman la atención por algo será, por que tienen que disciplinarse, ya nos saluda, nos abraza, ya no alza la voz, si no lo hubiera traído tal vez ya hubiera sufrido un accidente”, finalizó.

El titular del anexo, indicó que se le da el apoyo a todo aquel que lo solicite, que siempre estarán las puertas abiertas para apoyar y sacar de la adicción a quien se acerque, pero también exhortó a las instituciones, a la sociedad, a las familias y a todo el pueblo altruista a que los apoye con despensas, cobijas, artículos de limpieza, ya que es muy necesario.

“Nuestra agrupación de alcohólicos anónimos se encuentra en calle Insurgentes número 218 en la colonia Soledad de Villa Independencia, agradeceremos su apoyo y Dios los recompensará”, finalizó.

 


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