28 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Coatzintla- La Carrera de Judíos, una tradición del pueblo

 

En una bolsita de piel lleva guardadas las 30 monedas que le pagaron por entregar a su amigo, a su Maestro, a Jesús de Nazaret. El recuerdo del beso con el que lo traicionó lo destroza, le quema por dentro.

La gente desespera, quieren que todo empiece ya. “¡Judas, judas..!”. Vuelan chorros de cerveza por los aires y el griterío es ensordecedor. Más de 12 mil almas están reunidas en el parque central Manlio Fabio Altamirano y en los alrededores del Palacio Municipal para presenciar la Carrera de Judíos, una tradición que data de hace más de 160 años y que hoy en día sigue más viva que nunca.

Cuando faltan tres minutos para las 12 la gente arrecia sus demandas contra el personaje de negro. Los gritos ofensivos que le profieren son simplemente impublicables. Los jóvenes saltan retadores, sin importarles la pertinaz lluvia que cae. Dicen que siempre llueve los Sábados de Gloria.

Furia, locura y vehemencia chispean en los ojos de Judas a través de los largos cabellos que tapan parcialmente su cara. De pronto alguien voltea a ver el reloj de la parroquia Santiago Apóstol y dice: “¡ya son las doce. Ya van a empezar!”. Ni termina de decirlo cuando Judas arranca a correr y detrás de él los 110 que integran la Comparsa de Judíos y con el tropel se desatan los gritos de horror de la gente.

Judas barre con sus ramas hurticantes a todo aquél que se atraviesa en su camino. En especial aquéllos que lo desafían. Y los Judíos dan de planazos a aquéllos que asisten a la Carrera con esa finalidad, ya sea porque esa es una expresión de su fe o simplemente porque quieren presumir valor.

“¡Tras, tras!”, resuenan los planazos en las espaldas de masoquistas voluntarios  y también de aquellos que sólo estaban mal parados. La gente se desgañita, se apretuja para protegerse, abre paso a la comparsa y comenta.

“¿Viste cómo le pegaron al güerito ese? ¡Ese Judío le dio con todo!”. Y los gritos desatan la euforia: “¡Ahí viene Judas, ahí viene Judas”! Y huyen despavoridos.

Decenas de personas se acercan a los judíos para pedirles el planazo en la espalda o en el pecho. Algunos golpes con el canto son tan fuertes que dejan una marca sanguinolenta en la piel. Y hay casos extremos en los que la gente pide más. Y luego van presumiendo sus espaldas ensangrentadas.

Pocos son los que pueden decir que vinieron a la Carrera de Judíos y no se llevaron una barrida con chichicaxtle o un planazo en la espalda. De hecho hasta el presidente municipal, César Ulises García Vázquez, se llevó un recuerdito en la espalda.

Realmente hay que tener buena condición física para participar en la Carrera de Judíos. El esfuerzo se prolonga durante casi tres horas. La comparsa a toda velocidad recorre las principales calles del centro, alrededor del Palacio Municipal y del parque. El Judas cae una, dos y tres veces. Luego se ahorca y su cuerpo es trasladado a bordo de una esterilla de madera, con lo que termina la carrera de Judíos.  Más tarde, a las 18 horas, se realizó La Quema de Judas en el panteón municipal.

Don Servando Guerra Sánchez, rey de los Judíos, dijo que hacía 15 años que no llovía fuerte en Sábado de Gloria. Recuerda una vez que salió de judío y que debido a la lluvia su camisa se manchó con la mezcla de colores de los adornos de papel de china de su casco. “Parecía arcoiris”, recuerda con humor.

“Ahorita que está el tiempo así hemos corrido, pero vamos despacio porque un resbalón y nos podemos lastimar. Gracias a Dios salió bien”, comentó.

En esta ocasión los corredores llevaron un moño negro en sus camisas, a la altura del pecho, para recordar a don Filemón Guerra, el Rey Mayor de los Judíos, fallecido apenas el 11 de enero de este año.

Con el dolor de la pérdida de su padre, quien fue responsable de la Carrera de Judíos durante 83 años consecutivos, Servando Guerra aseguró que esta festividad será conservada.

“Aquí estamos, la tradición no la vamos a dejar. Esta tradición se queda, porque es una tradición del pueblo”.