EL UNIVERSAL
CIUDAD DE MÉXICO
Los Jets de Nueva York recibirán este jueves por la a noche -en el estadio MetLife- a los Texans de Houston, un choque de muchos contrastes, debido a la realidad que atraviesa cada franquicia. Los de la Gran Manzana siguen sin levantar, mientras que sus rivales llegan embalados.
Los neoyorquinos están en picada y el quarterback Aaron Rodgers no ha logrado pilotar correctamente al equipo. Por si fuera poco, se han realizados ajustes importantes en el proyecto: El despido del head coach Robert Saleh y la adición del receptor Davante Adams, viejo conocido del polémico pasador.
Con un récord de dos triunfos y seis derrotas, ninguno de estos cambios ha impactado positivamente. Los Jets arrastran una racha de cinco descalabros seguidos y Rodgers acumula solamente 12 pases de touchdown, contra siete intercepciones, cifras alarmantes para un conjunto condenado a ser la decepción en la temporada.
Gran parte de la responsabilidad radica en la falta de productividad en zona roja. La ofensiva de Nueva York está posicionada como la número 25 de 32, con un promedio de 18.8 puntos por partido. "Tenemos que anotar más touchdowns", apuntó Rodgers.
Los Texans (6-2), por su parte, han ganado en cuatro de sus últimos cinco encuentros. El quarterback C. J. Stroud mantiene un gran nivel en su segunda temporada en la NFL; sin embargo, hoy no tendrá disponibles a sus dos mejores receptores.
Stefon Diggs estará fuera lo que resta de la temporada, por una fuerte lesión en la rodilla, mientras que Nico Collins permanece en la reserva de lesionados.