Ciudad de México. Es mexicano, es jugador de futbol americano y de soccer, pero además también es... ¡bailarín!
Tomás Quiroz es un chico que no sólo destaca por su calidad al hacer tacleadas y echar patadas, sino también por su plasticidad, gracia y talento a la hora de hacer piruetas, por lo que se ha convertido en una de las máximas promesas del Ballet de Los Ángeles.
"En la casa teníamos un brincolín y cuando poníamos música, Tomás saltaba al ritmo de la música", comentó su padre Tony Quiroz, quien al ver la dedicación de su hijo decidió inscribirlo en la escuela de ballet, a los dos años.
"Yo hacía un poco de baile cuando estaba joven, así que no tuve ninguna duda", explicó Tomás. "A todos los niños les gusta bailar, pero llega la sociedad los hace sentir pena por expresarse con su cuerpo al ritmo de la música", añadió.
Afortunadamente, en su casa no fue así y lo impulsaron: "Toda mi familia me apoyó. Tenemos vídeos de cuando tenía tres o cuatro años, bailando", explicó.
Su padre entonces señaló que "en la adolescencia siguió con el ballet. El baile lo hace único".
Tomás aseguró que el baile, incluso, le servía de escape, pues "cualquier problema desaparecía al bailar. Se quedaban en la puerta del estudio".
De lo complicado que es para un adolescente como él repartir su tiempo entre el deporte y el baile, consideró que "uso mi tiempo muy bien. Acabo primero mis tareas de la escuela y luego todo lo demás".
Si no es víctima de bullying, indicó que "sí me dicen de cosas, pero yo les digo: ‘¡Vete, déjame en paz!’. Yo ya estoy grande y las burlas no van a hacer que deje lo que quiero hacer".
Valiente, afirma que "muchos creen que el ballet no es para hombres, pero están equivocados: No saben lo que se tiene que trabajar y el esfuerzo que se requiere. Yo me siento orgulloso de expresar lo que soy como persona, por medio del baile".
Ah, pero incluso fue más allá: "Sí hay relación entre el ballet y el soccer, porque es como si bailaras con la pelota. Al final, el baile es un deporte y el ballet y el soccer se hacen con los pies y mucha precisión".
Tomás comenzó a jugar futbol a los cuatro y americano a los 13 años. Está en los equipos de su secundaria y es uno de los dos pateadores de su escuela.
Fuente: El Universal