El de Manacor afronta este grande como décimo de la general, un lugar que le era ajeno en la última década. Esto se debe a la enorme pérdida de puntos en tierra batida, donde no pudo defender sus reinos en el Open de Francia y en el Masters de Madrid. No obstante, en el transcurso de la tierra a la hierba se ha deshecho de la presión por su baja puntuación en este superficie, entre otras razones, y va emitiendo señales positivas hacia la recuperación total. A Londres ha llegado como campeón de Stuttgart y tiene cuatro trofeos sobre un tapete verde, al salir campeón antes de Wimbledon (2008 y 2010) y de Queens (2008).
Además, el reciente triunfo sobre Thomaz Bellucci ha reforzado su moral. Las apuestas de tenis en betfair le colocaban como favorito y cumplió con un triunfo en tres sets sobre el tenista italiano (6-4, 6-2 y 6-4). Ante Bellucci, con mejor ranking que Brown, la estadística le era favorable y en Londres ha ampliado distancias para ponerse 4-0. Su siguiente adversario será el número 102 del mundo, el mismo que le forzó a marcharse de octavos en Halle por la puerta de atrás.
Aquella derrota tuvo demasiado eco ante la diferencia de posiciones en la ATP entre ambos y que no se palpó en la pista. Nadal tiene una oportunidad de desquitarse en un grande en el que en los últimos años ha protagonizado despedidas sonadas. Todo comenzó con su tropiezo contra Rosol en la segunda ronda de 2012, al que siguió otro con Steve Darcis en la primera fase de 2013 y el sufrido la temporada pasada con Kyrgios en octavos de final.
Pese a cerrar el top-ten, cuenta con un cuadro por delante que le permite soñar con llegar lejos. Ante la baja de David Ferrer podría pisar los cuartos sin cruzarse antes con otro top-ten. El primero que podría aparecer en su camino de esta condición es Murray en cuartos y más adelante Federer en semifinales, mientras que el duelo con Djokovic solo podría darse en una eventual final.
Antiguo estandarte de España en la Copa Davis, lleva meses enfrentado a la RFEF por la designación de Gala León como capitana del equipo. El último capítulo se ha vivido en plenas instalaciones del All England Tennis Club. Su firma, entre otras muchas, apareció en un comunicado dirigido a la RFEF para pedir la dimisión de León e incluso compadeció por tal motivo en rueda de prensa en Londres, lamentando el show mediático en que ha derivado todo. Gala León optó finalmente por dimitir, pero su renuncia no fue aceptada y la historia seguirá ensuciando la imagen del tenis español. El deporte es el gran perjudicado en este conflicto, al figurar España en el Grupo Mundial I y no poder luchar por el título en la edición en curso.
