MÉXICO, D.F., mayo 28 (EL UNIVERSAL).- La FIFA no sabe lo que es la vergüenza. Ante el escándalo de corrupción en su interior, la salida fue más allá de lo grotesco: “somos víctimas, no victimarios”.
Para tratar de disfrazar la cloaca el vocero del organismo, Walter de Gregorio, salió a declarar que “la FIFA es la parte perjudicada”.
Walter insistió: “Esto no es bueno para nosotros en términos de imagen y reputación, pero sí para lograr la limpieza por la que hemos trabajado durante años”, declaró con cinismo.
Además, se reiteró que Rusia y Catar se mantienen como sedes de los Mundiales de 2018 y 2022, a pesar de que siempre se habló de sospechas de compra de votos en la elección.
Por su parte, el presidente de la FIFA, Seph Blatter, explicó que “es un momento difícil para el futbol, los aficionados y la FIFA como organización. Trabajaremos para recuperar la confianza y garantizar que el futbol está limpio”.