La tecnología, sus gadgets, los contenidos fugaces de Internet y el acceso inmediato a todo tipo de contenidos, le han quitado a las personas la capacidad de sentarse a escuchar y disfrutar la música, señala en entrevista el pianista Gustavo Romero, quien ofrecerá una serie de recitales en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario, el 19 y 23 de febrero (a las 20:00 horas) y el 21 de febrero (a las 18:00 horas).
“Hemos perdido concentración, estamos tan distraídos con la tecnología que es muy difícil tener la paciencia para escuchar la música clásica, nuestra mente está acostumbrándose a cosas muy fáciles y cortas. Vivimos en una especie de fast food en todos los aspectos, y el público no se está dando cuenta de lo que pierde; lo peor es que cree que está bien, pero en realidad necesitamos música que nos exija, no podemos vivir en lo superficial”, expresó el músico estadounidense de origen mexicano.
Para Romero, quien tocará piezas de Schubert en sus presentaciones, “estamos viviendo un mundo muy diferente a cuando fue creada esta música, entonces es difícil tener tiempo para dedicar un momento a un compositor, e incluso a una obra, es impensable que ahora alguien diga: ‘voy a dedicar una hora o media a escuchar’, eso genera que cada vez sea más duro aprender, apreciar y recibir lo que nos brindan esas notas musicales”.
En ese sentido, el también profesor de piano de la Universidad del Norte de Texas, comenta que ningún sitio está exento de los problemas generados por la rapidez de la vida actual.
“Tengo alumnos que tienen mucho talento, pero también problemas porque antes había menos vías de escuchar grabaciones. Teníamos que hacer un estudio sobre el trabajo de los pianistas y su relación con las obras, buscar el disco y escucharlo con paciencia. Ahora hay tantas posibilidades que no saben dónde investigar”.
Asegura que sus 16 estudiantes están tan distraídos con el Facebook, el Twi-tter y el teléfono, que en el momento de pensar en la pieza, instruirse sobre quienes la han tocado antes, “no saben qué hacer, cuando quieren buscar una grabación escuchan cosas muy nuevas, no se remiten a los grandes nombres del pasado, así que pierden la historia sobre el gran pianismo de inicios del siglo XX”.
Menciona que al escuchar música “estableces una relación con la vida, ella lleva a estados de pensamiento profundos, nos transporta a un mundo mejor, nos da algo especial en una zona muy abstracta, si de veras te concentras en una gran música, te da un mensaje muy inspirado”.
Desde muy jóven Romero descubrió su pasión por el piano: a los cinco años empezó a estudiar y a los 10 dio sus primeras actuaciones en público, además de que a esa edad ganó su primer concurso.
Sobre los conciertos explica que se tratan de una especie de homenaje a la ciudad de Viena. “Son dos recitales de música de Schubert que mezclo con obras del siglo XX de la escuela de Viena de Berg, Webern y Shonberg, son compositores de ese lugar pero de diferentes épocas. El primero era un compositor que nació ahí, cuando pensamos en artistas como Mozart, Haydn, los relacionamos con esa urbe, pero ellos no fueron oriundos de ese lugar, los anteriores sí, vinieron al mundo en una ciudad muy musical”, concluye.
