Las obras de Jorge Marín están dotadas de la fuerza de la naturaleza, sus hombres alados y caballos han tomado los museos más importantes de México y otros países, pero también calles y plazas públicas. El escultor considera al arte como pieza fundamental para crear identidad entre la población, algo que espera lograr con la instalación de obras en calles de algunos municipios mexiquenses.
Próximo a develar una obra monumental en Ecatepec, el artista señaló en entrevista que “es importante sacar el arte a las periferias y dotar a las zonas más vulnerables de patrimonio, creo que si alguien empieza a sentir orgullo por su espacio vital lo va a cuidar y en ese sentido, también fomenta la protección, la civilidad y sobre todo de identidad”.
Que la gente se apropie de obras de ese estilo es el objetivo de Marín “en Ecatepec vamos a inaugurar una obra de 29 metros de altura, pero lo que realmente me importa es que la gente la pueda sentir parte de ella, de su comunidad; estoy optimista de que los pobladores la van a adoptar”, mencionó.
Agregó: “la idea de sacar las obra a la calle tiene por objetivo desmitificar al museo como única opción para ver, conocer y vivir el arte, yo apuesto por sacarlo a los espacios públicos y tengo muy buen resultado, la gente genera mucha empatía con las obras y eso me hace sentir que voy por el camino correcto”.
Su obra más emblemática, Alas de México, ha cumplido con la función de integrar a los ciudadanos, en ella “donde millones de personas se han tomado fotos, me genera una gran emoción porque la empiezan a ver como un ícono de la gente del siglo XXI en la Ciudad de México, que ya oficialmente lleva ese nombre, la bauticé de una manera premonitoria”, reconoció.
El cuidado del medio ambiente es otro de los aspectos en los que el arte debe incidir, resaltó el creador durante la inauguración de la exposición ¿Quién soy?, en la que alumnos de nivel secundaria de escuelas públicas y privadas crearon obras en torno a la figura del jaguar dentro del Programa La naturaleza en tu escuela, organizado por la alianza del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y la empresa Telcel.
En ese sentido, el escultor considera “fundamental acercar a los niños y los adolescentes al arte y la naturaleza, a estas alturas son la única posibilidad que tenemos de enmendar el camino, hemos hecho muchas cosas mal, hay que apoyar el deseo de las nuevas generaciones por hacer algo por el medio ambiente. Veo en los jóvenes un gran interés, cada vez más acercamiento y curiosidad por entender el hábitat, explorarlo, por eso es necesario iniciativas en temas como éste”.
Marín que desde niño se sintió inclinado por imprimirle animalidad a sus obras, dijo que es esencial “entender que somos parte del medio ambiente, no somos ajenos, creo que, años atrás, se desvirtuó mucho la educación, pensando que el ser humano estaba por encima de la naturaleza, pero vamos de la mano, debemos entenderlo”.
Finalmente, señaló que es momento de crear un sistema completo donde arte y naturaleza complementen la enseñanza de los menores. “Si no hay una educación integral para las nuevas generaciones no vamos a tener seres humanos de calidad, el arte en la vida cotidiana debe ser fundamental; consumirlo y producirlo para abrir las perspectivas del intelecto”, concluyó.